Los mágicos 17 años.
Reflexiones Opiniones

LOS MÁGICOS 17 AÑOS

Seguro que os habéis dado cuenta, igual que yo, de que cuando lees literatura fantástica, especialmente la enfocada a un público juvenil, no es fácil encontrar personajes de diferentes edades. Es raro que los personajes principales inicien sus andanzas con catorce o quince años, sino que la edad de oro para que te pase aquello que marcará para siempre tu vida son los 17. Isabella Swan, de Crepúsculo, tiene diecisiete años cuando conoce a Edward, quien, casualmente, se ha quedado congelado en la misma edad. Es el caso también de Kaz y de Inej, y de Alina y Maley, parejas principales de El seis de cuervos y Sombra y hueso, respectivamente. Es la edad que tiene Katniss Everdeen cuando se ve  arrastrada a Los juegos del hambre. La que elige tener el protagonista de La sangre turbia de Blarheim. La misma que tiene Edward Elric en Full metal Alchemist y los cuatro protagonistas de Mortal engines. Eso por poner unos ejemplos. ¿Por qué esta edad es la que siempre presentan los protagonistas de las historias? ¿Es tan importante que incluso aquellos personajes que no cumplen el requisito, como Eragon (que en la primera novela de la saga El legado cuenta con 15 años) o Cirilla Fionna Ellen Riannon (que tiene 13 primaveras cuando arranca la saga de Geralt de Rivia), sufren una modificación de su edad para que quede ajustada a los 17 en las versiones para la pantalla?

Reflexionando sobre el tema, creo que es debido a que esta es una edad de transición. Es justo el último año de minoría de edad en los países occidentales a los que pertenecen la mayor parte de los autores. Es el último año de juventud tutelada, la última oportunidad para vivir en el nido antes de partir hacia la universidad, la posibilidad de votar, la edad legal de independencia, de matrimonio, etc. Por eso, parece que es más habitual elegirla cómo edad límite.

A los 17 es cuando los alumnos de las escuelas de magia suelen cursar su último año.

La fantasía juvenil, enfocada a un público adolescente, ofrece una serie de personajes que pueden ser considerados como menores de edad según los patrones sociales a los que están acostumbrados dentro de su cultura, pero que se ven abocados al “mundo de los mayores”, sin vigilancia de los adultos, porque ellos mismos ya son considerados como tales. Es el punto culmen, en el cual puedes pensar en preparar de forma independiente tu vida, pero recordando lo que dejas atrás. De los ejemplos nombrados, es la edad que requiere que Bella Swan tenga que mudarse para quedar bajo la tutela de su padre, y la permite a Edward Cullen vivir con su familia sin levantar sospechas. La edad que hace que el Alquimista de Acero se presente a los exámenes para entrar en el ejército sin dejar de añorar a su vecina Winry, o que los chicos de Sombra y Hueso y Seis de Cuervos busquen continuamente la familia que nunca tuvieron. La edad justa para que Katniss Everdeen o Hester Shaw nos parezcan a la vez muy maduras y muy niñas.

De esta manera, se da la posibilidad de actuar como un adulto con los deseos de perpetuar una infancia que resulte segura y feliz, algo que puede hacer que estos personajes encajen bien con un público adolescente que se debate entre la necesidad de una mayor libertad, y la poca preparación para abandonar el hogar y el cuidado y guía de la familia.

En las novelas, chicos y chicas de 17 años son capaces de diseñar planes sorprendentes.

Pero, como siempre, hay honrosas excepciones… o no. Porque siempre habrá quien, si planteas la cuestión de los mágicos 17, te recuerde que Harry Potter empieza su historia con 11 veranos, al igual que Arya Stark de Canción de hielo y fuego, o que Naruto arranca sus aventuras a la tierna edad de 12 años, igual que Percy Jackson, y que las chicas de La Escuela del Bien y del Mal… Espera, ¿no veis un patrón también aquí? ¿Qué pasa, que si no tienes 17, tienes que tener 11 o 12 años? Pues, en mi humilde opinión, y seguro que en la opinión de los directores de marketing de las grandes editoriales, sí.

Si no tienes 17, para ser protagonista de una saga juvenil necesitas tener 12 o 13 años.

La razón está en que estos personajes pertenecen a sagas literarias que quieren atraer al público de esas edades, que es cuando se da el salto definitivo de los libros con muchos dibujos y pocas letras a las novelas “de verdad”, esas que darán forma a los grandes devoralibros del mañana. Por eso, estos protagonistas crecerán al ritmo de sus lectores, vivirán con ellos los vaivenes de la adolescencia, caerán, aprenderán, harán amigos, se enamorarán, se equivocarán, rectificarán y finalmente, harán frente al mayor desafío de sus vidas… ¿a que no sabéis a qué edad? (sí, podéis reíros). ¡A los 17!

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