subgéneros fantasía
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SOBRE LOS NUEVOS SUBGÉNEROS DE LA FANTASÍA

La novela de fantasía es un género amplio y diverso que abarca una gran variedad de subgéneros, cada uno con sus propias características distintivas y elementos temáticos.

Es importante conocerlos todos y, sobre todo, la lucha que existe hoy en día por el reconocimiento de algunos otros como el Romantasy o el Cozy.

Pero vayamos despacio. ¿Qué es la novela fantástica?

¿Qué es la novela fantástica? ¿Qué la caracteriza?

La novela de fantasía es un género literario que se caracteriza por la presencia de elementos imaginativos y sobrenaturales que no se encuentran en el mundo real. Estos elementos pueden incluir magia, criaturas míticas, mundos ficticios, poderes sobrenaturales y eventos extraordinarios. La fantasía a menudo se desarrolla en entornos o contextos que difieren radicalmente de la realidad, lo que permite a los autores (entre los que me incluyo, por cierto) explorar temas como el bien y el mal, la identidad, la aventura y el heroísmo de una manera única y creativa.

Algunas de las características que se pueden encontrar en las obras englobadas en este género son:

  • Mundos inventados: Muchas novelas de fantasía se desarrollan en mundos completamente ficticios, con sus propias geografías, historias y sistemas de creencias. Estos mundos pueden ser tan detallados y complejos como la Tierra, o incluso más imaginativos.
  • Magia y lo sobrenatural: La magia es un elemento común en la fantasía, y los personajes pueden tener habilidades mágicas o encontrarse con objetos mágicos que influyen en la trama de la historia. Además de la magia, la fantasía puede incluir otros elementos sobrenaturales como criaturas míticas, seres divinos o fuerzas oscuras.
  • Aventura y heroísmo: Muchas novelas de fantasía siguen a personajes que emprenden viajes épicos, enfrentan desafíos imposibles y luchan contra enemigos poderosos. Los héroes y heroínas de la fantasía suelen tener cualidades extraordinarias o destinadas a un propósito más grande.
  • Exploración de temas universales: Aunque la fantasía puede estar ambientada en mundos imaginarios, a menudo explora temas y dilemas que son universales y relevantes para los lectores. Estos temas pueden incluir el amor, la amistad, el sacrificio, el poder y la redención, entre otros.
Mundos inventados, dragones, aventuras y heroísmo son algunas de las características asociadas al género de la fantasía.

Lo que une a todas las obras de este género es su capacidad para transportar a los lectores a mundos imaginarios y ofrecerles una experiencia única de escapismo y exploración de la imaginación. Pero, ¿qué tipos de fantasía hay?

Tipos de literatura fantástica

Son muchos los subgéneros de fantasía literaria que existen hoy en día. Quizás los más aceptados dentro de la comunidad sean los que se mencionan a continuación, pero hay otros subgéneros que se están abriendo paso y es importante conocerlos.

Os incluyo algunos ejemplos para que los nuevos lectores sepan reconocerlos, junto a obras noveles que se merecen también una mención especial.

Fantasía de ciencia ficción (Science Fantasy):

Combina elementos de la fantasía y la ciencia ficción, como la tecnología avanzada junto con la magia. Suelen ambientarse en nuestra “Tierra” o en un futuro o pasado donde la tecnología cobra gran importancia.

Me surge un nuevo debate. ¿Es realmente la ciencia ficción parte de la fantasía? ¿O es un género con presencia propia? Quizás ese análisis sería bueno afrontarlo en otro momento.

Ejemplos: Crónicas de la Espada y la Fe, de Gene Wolfe, Saga, de Brian K. Vaughan y Fiona Staples.

Si este género te gusta, no te puedes perder El himno del desierto, de Eduardo D. Allen; El renacer de Alexa; Intuïx, más allá de la intuición, de Almudena López Gómez, o mi propia obra, Arkas: la isla de los dinosaurios (donde no sabes hasta el final si se desarrolla en el pasado o el futuro :P).

Alta fantasía (High Fantasy)

Ambientado en mundos completamente ficticios con sistemas de magia, razas fantásticas y conflictos épicos.

Ejemplos: El Señor de los Anillos, de J.R.R. Tolkien, Canción de Hielo y Fuego, de George R.R. Martin son claros ejemplos de este subgénero.

Baja fantasía (Low Fantasy)

Ambientado en un mundo similar al nuestro, pero con elementos fantásticos. Menos énfasis en la magia y los reinos épicos.

Ejemplos: El más claro es la saga de Harry Potter, de J.K. Rowling.

Fantasía épica (Epic Fantasy)

Son narrativas extensas que siguen a múltiples personajes a lo largo de un arco narrativo complejo y épico.

Ejemplos: La Rueda del Tiempo, de Robert Jordan o Crónicas del Asesino de Reyes, de Patrick Rothfuss.

Grandes obras noveles como El eco de los dioses, de Joaquín Casanova, El aprendiz de Herborista, de D. S. Caleidoscope, o Etérnida, de Sergio Valencia Díaz, se encontrarían incluidas aquí.

Fantasía urbana (Urban Fantasy)

Suelen ambientarse en entornos urbanos contemporáneos con la inclusión de elementos mágicos, criaturas sobrenaturales y luchas entre el bien y el mal.

Ejemplos: Cazadores de Sombras, de Cassandra Clare, Dresden Files, de Jim Butcher.

Como obra novel destacaría la historia de Vitto, de Víctor Torralba.

Fantasía histórica (Historical Fantasy)

Ambientada en un período histórico real, pero con la inclusión de elementos fantásticos o mágicos.

Ejemplos: Jonathan Strange y el Sr. Norrell, de Susanna Clarke, o Temeraire, de Naomi Novik.

Fantasía oscura (Dark Fantasy)

Tiene tonos más sombríos, temas adultos y un enfoque en la moralidad ambigua. A menudo incluye elementos de horror.

Ejemplos: Elantris, de Brandon Sanderson, o El Príncipe de la Niebla, de Carlos Ruiz Zafón.

Una obra novel bastante buena es Susurros de humo y agua, de Silvia Martín. También se incluye en este apartado Ojhmron, de Alberto Fausto.

Como he comentado, estos son los subgéneros más reconocidos, pero hay otros que se están abriendo paso y afianzan cada vez más su propio espacio dentro de esta lista. El ejemplo más claro es el Romantasy, con sagas que han triunfado tanto como Una corte de rosas y espinas. Pero hay otros no tan conocidos que también merecen una mención especial. Veamos cuáles son.

¿Qué otros subgéneros de fantasía hay?

Fantasía romántica

Este subgénero combina elementos de la fantasía con tramas románticas. Las relaciones amorosas entre los personajes principales son centrales para la historia, aunque pueden estar ambientadas en mundos fantásticos o contener elementos sobrenaturales.

Ejemplo: Una corte de rosas y espinas, de Sarah J. Maas.

Entre los autores emergentes cuyas obras se pueden clasificar en este apartado, encontramos a Neus Forés con Heiron.

Fantasía de aventuras

Similar a la fantasía épica, este subgénero se centra en la acción y las aventuras emocionantes de los personajes mientras exploran mundos fantásticos, enfrentan peligros y buscan tesoros o la resolución de algún conflicto.

De nuevo, mi propia obra, Arkas, podría englobarse aquí, aunque quizás conozcas más La Espada del Destino, de Andrzej Sapkowski (parte de la saga de Geralt de Rivia). Otras novelas que pertenecen a este género son El conjurador de sombras, de Alicia Sarel, y El indigno campeón, de Carlos Walter.3

Fantasía humorística

Estas novelas emplean elementos cómicos y humorísticos como parte integral de la trama y el tono general de la historia. A menudo, se parodian los tropos y convenciones de la fantasía tradicional.

Un ejemplo podría ser el Mundodisco creado por Terry Pratchett.

Fantasía infantil/juvenil

Dirigida a un público más joven, este subgénero presenta personajes jóvenes en aventuras mágicas y emocionantes. A menudo, aborda temas de crecimiento personal, amistad y descubrimiento.

Quizás uno de los ejemplos más conocidos últimamente sea Las Crónicas de Narnia, de C.S. Lewis, pero también se puede incluir aquí La sangre turbia de Blarheim, de Cristina Selva, o la saga Nandidor, de Alba López Paredes.

Fantasía steampunk

Combina elementos de la fantasía con la estética y la tecnología de la era victoriana o de la revolución industrial. Puede incluir máquinas de vapor, inventos fantásticos y un ambiente retrofuturista.

Leviathan, de Scott Westerfeld, es un claro ejemplo.

Fantasía mitológica

Se basa en mitos y leyendas de diversas culturas para crear mundos y personajes fantásticos. Puede incluir dioses, héroes y criaturas míticas como parte integral de la trama.

El ladrón del rayo, de Rick Riordan (parte de la serie Percy Jackson y los dioses del Olimpo), se clasifica dentro de este subgénero, aunque estoy deseoso y orgulloso de poder conocer a autores con grandes historias pendientes de publicar.

Fantasía de viaje en el tiempo

Combina elementos de la fantasía con la narrativa de viajes en el tiempo, donde los personajes viajan hacia el pasado o el futuro, a menudo enfrentándose a dilemas éticos y desafíos temporales.

El ejemplo más claro es La Historia Interminable, de Michael Ende, pero también entra en este subgénero Rubí, de Kerstin Gier.

Hay muchos subgéneros de fantasía, tanto los más reconocidos como aquellos que buscan su lugar. Y otros están naciendo como el cozy fantasy, también conocido como «fantasía acogedora» o «fantasía confortable». Es un subgénero de la fantasía que comparte similitudes con el «cozy mystery» en el sentido de que ofrece una experiencia de lectura reconfortante, centrada en la comunidad y con un tono ligero y amigable.  Los misterios de Jembruk es un libro que podría catalogarse aquí.

Pero lo cierto es que, si te gusta leer y eres un amante de la literatura fantástica, con cualquiera de todos estos libros y agrupaciones vas a disfrutar de una experiencia única, donde vivir una aventura y una vida junto a los personajes que protagonizan cada una de sus obras.

    1 Comentario

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      Eduardo D. Allen 28 de febrero de 2024

      ¡Excelente artículo! Veo muy buenas obras ejemplificando cada subgénero. En cuanto a si la ciencia ficción puede sumarse a la fantasía, la realidad es que sí y no, depende el contexto. En los orígenes de la ciencia ficción, está era llamada «fantasía científica», explicitando aquello de que el relato en cuestión tenía carácter de fantástico. Desde ese punto de partida, la ciencia ficción y la fantasía comparten algo en común: el ser humano frente a lo imposible. Sucede que, con el correr de los años, aquellos relatos que hablaban de cosas «imposibles», como alcanzar la Luna con un cohete, situación narrada por Julio Verne en «De la Tierra a la Luna», se hicieron realidad. Y el concepto de ciencia ficción fue mutando hasta emanciparse de la fantasía bajo la consigna de: es imposible hasta que se demuestre lo contrario. Con el género de fantasía pura, tomo como ejemplo Las Crónicas de Narnia, la capacidad de un ser de modificar la materia tan solo con su voluntad, se ha quedado como hechos imposibles de demostrar, siquiera de teorizar. Allí es donde reside la brecha que se fue haciendo cada vez mayor entre la fantasía y la ciencia ficción. No obstante, la fantasía sigue siendo la madre de la ciencia ficción, y, por ende, sí es válido tomar a esta última como un subgénero de la fantasía. A tener en cuenta que, muchas veces, los relatos de ciencia ficción no reparan en los límites verosímiles de teorización científica, aún hoy en día, por lo que abundan obras de ciencia ficción que son más «increíbles» que el hecho fantástico de la existencia de un dragón. En mi caso, si tengo que elegir qué es más creíble, si la concepción de un multiverso, o la existencia de unicornios… Es más probable lo último.

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