A veces, un amigo de un amigo está buscando lectores para una novela que sacó al mercado hace poco. A veces, después de leer varios libros de otros géneros y para otras edades, apetece un chapuzón en una historia compleja, escrita para adultos y que rezume magia por los cuatro costados. La combinación de los dos supuestos da como resultado que el libro de Gabriel N. Pizzi acabara en mis manos justo cuando más ganas tenía de leer algo del estilo, por lo que fue inevitable quedar fascinada por este nuevo mundo lleno de intrigas, hechizos, engaños y misiones por cumplir. Toda una revelación y horas de buen entretenimiento.
Lo que la editorial cuenta
Se dice que la oscuridad es la codicia de los impuros, que han sido corrompidos por la luz. ¿Qué pasará cuando nadie pueda revertir ese pensamiento en las mentes más débiles? Lo que una vez fue llamado la magia del sol se esfumó sin motivo alguno, dejando así a la oscuridad libre de todo mal.
Una mítica espada que lleva en su interior toda la magia que alguna vez existió, después de varios siglos, comienza a fluctuar la oportunidad de revertir ese poderoso sello. Todo estará en manos de un inocente niño, cuya voluntad deberá ser más fuerte que su propia vida. Pero hay una extraña oscuridad que lo acecha sin darle tregua alguna.
¿Te atreverás a adentrarte en esta fantástica historia llena de misterios, personajes emblemáticos, batallas memorables y grandes seres portadores de magia?
Lo que te contamos nosotras
Por dentro, se podría decir que el libro tiene tres tramas que se van desarrollando de manera complementaria. Por un lado, tenemos al niño, Rosinante, el elegido que no sabe que lo es, último del linaje de los Légales, al que unos quieren proteger y otros quieren asesinar a toda costa. Es un personaje bien construido en su ignorancia y su juventud, pero su interés queda eclipsado por el de otra figura, Hermes Sassir, el legendario guerrero que toma a su cargo la misión de encontrarlo y salvaguardar su vida a como dé lugar. Hermes es un hombre misterioso, de corazón noble, con el que enseguida nos identificamos por su difícil situación en un mundo que lo rechaza y lo admira a partes iguales.
Por otro lado, tenemos a Máximo, príncipe del Reino de los Osos, inexperto aún, pero con muchas ganas de obtener el reconocimiento de su padre, Dimetrux Mordor, quien heredó el juramento familiar de matar a cualquier descendiente de la antigua familia Légales, y así frustrar un nuevo advenimiento de la magia en el continente. Máximo parte en busca de Rosinante rodeado de soldados que serán secundarios de peso, y la progresión de su historia nos permite ir conociendo el vasto mundo de Inlandin, con sus ciudades y sus sistemas de gobierno.
Y, en paralelo a estas dos tramas, pero muy unida a ellas, encontramos la historia del soberano Simpion de Venion, quien, a espaldas de los otros reinos, ha conjurado, sin entenderlo demasiado, el primer retazo de magia que se ha hallado en muchos siglos. Venion es el contrapunto de las otras dos tramas argumentales, la que añade una tensión generada por el hecho de que el lector sabe en todo momento que hay problemas más urgentes que encontrar a un adolescente, a la vez que se pregunta qué será lo siguiente que a este monarca le suceda.
En los tres casos, el argumento está tan bien desarrollado que mantiene el interés del lector hasta el final: da igual en qué parte de Inladin nos encontremos, queremos saber qué está sucediendo y cómo acabará todo. A esto ayuda mucho la ambientación ideada por Pizzi, con lugares siniestros que rezuman originalidad, contrapuestos a otros típicos que nos hacen sentir como en casa.
Por fuera, el libro está dividido en seis capítulos de longitud extensa, aunque la narración se corta cuando cambia el escenario, que pasa de uno a otro reino, o cuando cambia el tiempo, con anotaciones de los días que van pasando. Esto es de gran ayuda y le da un aire de crónica que queda muy bien al conjunto. La voz narrativa siempre es en 3º persona, pero centrada con apreciable equilibrio en todo el puñado de personajes que conforman este mosaico tan bien estructurado.
El estilo del autor es lo que añade un punto negativo: se nota que es principiante, sobre todo en las descripciones de personas y en la articulación de los diálogos, pues a unas y a otras les falta algo de pericia. Un detalle que, sin duda, será pulido con el tiempo y dará lugar a que leamos grandes novelas salidas de la imaginación de Gabriel Pizzi.
Valoración general
Esta es una historia épica construida a partir de los arquetipos que todos tenemos en mente cuando nos proponen un mundo de magia e intrigas entre reinos de ambientación medieval, y ahí radica su mayor punto fuerte: encontramos lo que esperamos, y nos deleitamos con la original forma en la que nos es presentado. Pizzi construye un mundo repleto de matices, en el que cada personaje cumple su función y no se puede estar seguro de quiénes son los héroes y quienes los villanos. Y, con estos materiales, presenta una trama en tres partes, con un ritmo rápido y una tensión constante, que asegura una lectura amena y una buena aventura para los amantes de la fantasía.
LO MEJOR: La construcción del mundo, muy trabajada y compleja, sobre todo en los planos más oscuros de la obra.
LO PEOR: Esas descripciones de personajes que incluyen su edad, su vestimenta y hasta su altura. Tantos detalles innecesarios te sacan de la lectura.
¡Aviso, spoilers! El final de la historia
Desde el mismo título sabemos que la historia que tenemos entre las manos no va a tener un final como tal, sino que acabará de forma abrupta, y debo decir que la pericia con la que el autor maneja la tensión narrativa conforme vas llegando a la última página es de lo mejor del libro. De nada sirve intuir desde un principio que la reina Amanda se va a cambiar por su hija (algo que no es ninguna sorpresa); el ambiente opresivo que rodea el hechizo conjurado en la dimensión de Occulus hace que no puedas dejar de leer. Y el recorrido final que el autor idea para mostrarnos a todos los personajes, cada uno en su lugar, reaccionando ante el mismo estímulo es sencillamente brillante. Muy buena forma de hacer que los lectores queramos más.
